Hoy en día, es
muy común, que cuando hablamos de “Auditoría Interna” en una organización, nos
referimos a un grupo de profesionales enfocados a la revisión de las
transacciones contables registradas en los sistemas de información con la
finalidad de salvaguardar los activos y buscar operaciones que afecten el
patrimonio de la compañía evitando de esta manera fraudes y malas prácticas.
Si bien es
cierto, el control interno y administrativo, busca salvaguardar la integridad
del patrimonio de la compañía, hoy en día existe un nuevo enfoque a lo anterior
que se basa no solo en cuidar los activos, sino en prever lo que pueda suceder
al presentarse alguna falla en el control.
Este nuevo
enfoque en la función de auditoría interna incluye:
·
La identificación de los
riesgos en el negocio y en los procesos
·
El análisis y evaluación de
riesgos
·
La evaluación del control
interno que deba mitigar los riesgos detectados
·
La elaboración de un programa
de auditoría basado en los riesgos de cada proceso
Toda empresa
basa su organización en el cumplimiento de los objetivos planteados, dicha
organización se basa en la ejecución de procesos, es decir, en acciones y
procedimientos que en el día a día buscan el cumplimiento y el avance de las
metas y objetivos de la empresa, bajo el marco regulatorio o de políticas
definidas para el buen desempeño.
Las funciones
actuales de una organización se basan en el desempeño de sus procesos
operativos, es por ello que todo aquello que pueda impedir el cumplimiento del
objetivo de los procesos debe considerarse como un riesgo.
Un riesgo se
define como lo que puede fallar en el cumplimiento del objetivo de un proceso.
Para cada riesgo
detectado debe existir uno o más controles que mitiguen dicho riesgo.
1.
Riesgos Estratégicos
2.
Riesgos Operativos
4.
Riesgos de Cumplimiento
Dado lo
anterior, la función actual de la auditoría interna de toda empresa, debe
enfocarse a la administración de todo el entorno de riesgos a los que se
enfrenta su organización.
Se requiere hoy
en día, no ser una función que revise o audite lo que ya sucedió en la
organización, sino convertirse en una función que prevea lo que puede fallar
para enfocar sus esfuerzos de la auditoría a los controles existentes que
apoyen a que dichos riesgos sean cada vez menores, o que dichos riesgos se puedan
inclusive eliminar.
Si bien es
cierto, este nuevo enfoque de auditoría requiere tal vez de nuevos perfiles
profesionales que formen parte de los equipos de auditoría interna, es
importante señalar, que la experiencia y el conocimiento de los procesos del
negocio del auditor actual es imprescindible.
Por lo que se
recomienda en la mayoría de los casos la capacitación y entrenamiento para el
equipo actual, en algunos casos si es recomendable a inclusión de nuevos
perfiles que inclusive sean especialistas en análisis de procesos y en
tecnología, más que en revisores de registros contables.
En el pasado el
contador público era el perfil más adecuado para un auditor interno, hoy en día
esto ha cambiado, la inclusión de los Ingenieros Industriales especialistas en
procesos y los ingenieros en sistemas de información cada vez es más común.
En
conclusión:
·
La nueva función de auditoría
interna se debe basar en al análisis de riesgos de los procesos del negocio
·
A los riesgos detectados se
les debe de diseñar uno o más controles que mitiguen, eliminen o transfieran
dichos riesgos
·
Un plan o programa de auditoría
interna debe basarse en el análisis de los riesgos de cada proceso de negocio,
tomando en cuenta también los riesgos: estratégicos, financieros y de
cumplimiento
·
Se debe analizar el perfil
del equipo de auditoría interna actual, para capacitar y entrenar y/o incluir
nuevos perfiles más adecuados para el nuevo enfoque.
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